Mendoza fue el escenario de un evento inolvidable protagonizado por el reconocido enólogo italiano Roberto Cipresso, quien compartió su visión sobre las raíces del vino y su conexión con el ser humano. La charla, organizada por el Consulado General de Italia y con el apoyo de Bodegas de Argentina, se llevó a cabo en la Nave de la UNCuyo en el marco de la 9° Edición de la Semana de la Cocina Italiana en el Mundo. Con un auditorio colmado de público general y especializado, Cipresso cautivó con sus reflexiones, que combinaron emoción, historia y una mirada optimista hacia el futuro del vino argentino.
Durante su exposición, Cipresso inició un paralelismo entre la película y las personas, destacando cómo ambos buscan adaptarse, sobrevivir y encontrar fuerza en sus raíces. “Tanto la vid como el hombre están ligados a su tierra, su historia y sus vivencias”, expresó. Con anécdotas cargadas de simbolismo, recordó el descubrimiento de un viñedo abandonado en 1999, ubicado cerca del río Tunuyán, cuya resiliencia lo llevó a crear un vino que posteriormente sería reconocido como el mejor de América Latina. Según el enólogo, ese viñedo encarna la memoria y la tradición de los inmigrantes italianos que dejaron su huella en la región.
El vínculo entre Italia y Argentina fue otro de los ejes centrales de la jornada. Cipresso, acompañado por la escritora mendocina Julieta Gargiulo, autora del libro “Tras las huellas de Italia en América”, exploró la rica herencia cultural que uno a ambos países a través del vino. Este legado, afirmó, no solo celebra el pasado, sino que también proyecta un futuro prometedor para la vitivinicultura argentina.
En la última parte de su charla, titulada “Futuro Argentino”, Cipresso describió a Argentina como la próxima capital mundial del vino, gracias a la singularidad de sus suelos y su geología de 450 millones de años. Según el enólogo, esta riqueza natural convierte al país en un lugar único para desarrollar vinos de calidad excepcional, capaces de emocionar al mundo. “El futuro del vino se construye sobre las raíces del pasado”, concluyó, emocionando al público que lo despidió con un fuerte aplauso.
El evento finalizó con un homenaje al enólogo, quien recibió un reconocimiento por su destacada trayectoria en el mundo del vino. Con un brindis en el que participaron los asistentes, se presentó el potencial de la vitivinicultura argentina y la conexión profunda que el vino establece entre culturas, territorios y personas. Una velada que reafirmó que el vino argentino no solo tiene historia, sino también un brillante futuro.